Tal vez tengo mucha suerte.
A todos nos han dicho alguna vez que los amigos se cuentan con los dedos de las manos, que los amigos de verdad son los que siempre están ahí, y estoy de acuerdo. Pero añado otra condición, los amigos, los que son de verdad, los que nunca se irán, son aquellos que aunque pasen meses sin hablaros como antes, volveréis a hablar cómo si no hubiera pasado el tiempo.
Y por eso creo que tengo mucha suerte, porque han llegando a pasar no solo meses, sino años sin que mi mejor amigo y yo habláramos, y un día, no recuerdo muy bien porqué, quizás el destino, quizás una casualidad, pero volvimos a hablar, y fue, de verdad, como si no hubiera pasado el tiempo. Nos hacíamos bromas como de costumbre y teníamos la misma confianza que por entonces.
Desde ese momento hemos tenido momentos en los que nos veíamos día sí día también, y otros en los que nos podíamos pasar meses sin vernos, hablando solo por redes sociales algunas veces, pero cuando volvíamos a hablar de verdad y a vernos era como si nada hubiera pasado.
Aunque no hace falta que pase tanto tiempo para saber que esa persona es un amigo que nunca perderás, sino que puede ser que simplemente el grupo de amigas se distancie, pero eso sí, en cuento hay algún evento importante se vuelve a formar una piña irrompible, y vuelven las bromas, las risas...
Por eso, creo que tengo mucha suerte, sé que cuento con unos cuantos amigos (que sí, se pueden contar con los dedos de las manos) que siempre estarán ahí y yo siempre estaré ahí, porque hemos sido capaces de comernos el orgullo, la vergüenza o lo que quiera que sea, para seguir con nuestra amistad.
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